Comencé mis estudios en danza con 9 años. Fue un período de aprendizaje intenso y emocionante, que se prolongó por más de once años, dejando una profunda huella que aún pervive en mí.
De ahí nació mi fascinación por el movimiento y la anatomía, sin duda, fue la puerta de entrada en el camino del yoga.
En otoño de 1986, recibí mis primeras clases de yoga en la Escuela de Sivananda en Madrid. Fue un despertar, descubrí otra forma de estar, de sentir, de parar, de moverse, de respirar…un flechazo instantáneo que se mantiene en el tiempo.
En el verano de 1993, realicé mi primera formación con la Escuela Internacional de Yoga Sivananda, en Val-morín, Canadá. Esa sería la última formación en la que participó el maestro Swami Vishnudevananda. Considero todo un honor haber estado en su presencia.Ya en Asturias, practiqué el Yoga de la Energía, con Pierre Losa y Ángel García. Poco después conocí Ashtanga Yoga de la mano de Tomás Zorzo y Camino Díez, con quienes estudié durante casi más de una década.
Mi formación profesional se amplía con otras disciplinas como Técnica Alexander (Gilles Stran en Grecia, Francia y España), técnicas bioenergéticas (Luis Pelayo en Madrid y en Asturias), cursos especializados en Anatomía para el movimiento (Blandine Calais Germaine en el centro L´Eix en Palafrugell, Gerona), talleres de sufí, antigimnasia, Tai-chi y meditación Osho.
Desde 2003 dirijo Astur Yoga, un proyecto que nace desde el corazón y la ilusión por compartir todo lo aprendido. Enorme agradecimiento a todos los maestros que he conocido, cada uno de ellos ha dejado en mí una semilla que sigo cuidando como un preciado tesoro. Inmenso agradecimiento a mis queridos alumnos, sin los que nada sería posible. Seguimos caminando.
No había corrido nunca hasta que un día me calcé unas zapatillas y me lancé directa a las montañas. ¿Por qué? La motivación principal empezó presenciando las llegadas de los corredores de los ultratrails en los que participaba mi pareja. Me fui contagiando de esa emoción de verlos llegar después de la batalla… Poco a poco, comencé a hacer salidas a la montaña y a marcarme pequeños retos:
Siempre he practicado deporte, es una constante en mi vida. La importancia de una correcta dinámica corporal es la base de cualquier actividad física, pero, además, al iniciarme en el trail running me he dado cuenta que, la práctica de Yoga me aportaba la base perfecta para este tipo de actividad. Así surgió el proyecto «Yoga y Montaña», como un complemento para la prevención de lesiones y como base de entrenamiento. Los beneficios directamente derivados de la práctica son:
De mi pasión por el Yoga y el Trail trasmito a corredores y deportistas amantes de la montaña, todos los beneficios del Yoga adaptados a sus necesidades específicas porque a raíz de participar en diversas carreras he podido conocer a personas como Santiago Nistal, que me brindaron la oportunidad de formar parte de su proyecto con una serie de artículos especializados en ésta disciplina, que no deja de ser una adaptación del Ashtanga Vinyasa Yoga aplicado a los corredores de trail y por extensión a los bikers. Posturas en las que la unión hace la fuerza siempre que se practiquen CONSCIENTE DE LAS SENSACIONES, DE LA RESPIRACION, DE LA TIERRA, DE LA INTENSIDAD DE LA POSTURA, CONECTANDO CON TU PROPIA FUERZA… :